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Silhouette of Jesus Christ on the cross against a dramatic sunset sky.
A solemn depiction of Christ on the cross at sunset, reminding us of the cost of surrender and the power that follows when the old man finally dies.

Si Aquí Es Donde Debo Morir

(Una Declaración Del Último Aliento Del Viejo Hombre)
Si aquí es donde debo morir,
Entonces que muera bien.
Que muera de buena voluntad.
Que muera vacío de mí mismo y lleno de la esperanza
De que cuando este viejo hombre dé su último respiro,
Un hombre mejor respire por mí.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces que el azote haga su obra perfecta.
Que la verdad desgarre todo disfraz,
Toda intención escondida,
Todo lugar terco en mí que se niega a rendirse.
Si la exposición es lo que me libera,
Entonces desnúdame hasta los huesos.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces que la corona de espinas tome su lugar legítimo.
Que todo pensamiento orgulloso,
Toda sabiduría hecha por mí mismo,
Todo argumento que levanto contra la mente de Dios
Sea quebrado bajo el peso de esa corona.
Que la sangre que corrió por Su frente
Lave lo último de mi propio razonamiento.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces déjame sentir la cruz que he cargado.
Que el peso de mi propia voluntad sea tan fuerte
Que me derrumbe en los brazos de Aquel
Que cargó Su cruz por mí.
Y si otro debe ser obligado a caminar a mi lado,
Que no resienta su fuerza,
Sino que me goce de que Dios ha enviado ayuda.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces quítame todo lo que la carne usa para sostenerse.
Quítame las máscaras que llevo,
Los roles detrás de los cuales me escondo,
Las imágenes que defiendo,
Las excusas que fabrico.
Que nada vista al viejo hombre
Excepto la cruz que lo derribará.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces clava los clavos profundamente.
Sujeta los hábitos que antes me movían,
Los impulsos que antes me arrastraban,
Los deseos que antes me engañaban.
Que mis manos que antes alcanzaron el pecado,
Y mis pies que antes huyeron de Dios,
Queden clavados,
Bajo la autoridad de Cristo.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces levántame del suelo
Y sacude todo último apoyo de mis propias fuerzas.
Que toda articulación de autosuficiencia se disloque.
Que toda muleta se quiebre.
Que todo apoyo terrenal se derrumbe
Hasta que quede colgando solamente de la misericordia de Dios.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces deja que la asfixia complete su obra.
Que el viejo hombre jadee y falle,
Sin aire para el orgullo,
Sin aliento para la rebelión,
Sin oxígeno para el pecado.
Que la carne se debilite tanto que no pueda levantarse jamás.
Que cada respiro sea más corto,
Para que el Espíritu por fin respire por mí.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces atraviesa el corazón que me engañó.
Clava la lanza en todo afecto falso,
Todo deseo corrupto,
Toda intención torcida.
Que la sangre y el agua fluyan,
La señal de que el viejo corazón ha dejado de latir.
Dame el corazón de carne que prometiste,
Y entierra el corazón de piedra que cargué.

Si aquí es donde debo morir,
Entonces que haya quietud.
Que termine la lucha.
Que la voz del viejo hombre quede en silencio.
Que el trono de mi alma quede vacío
Para que Cristo tome Su lugar.
Que el yo no tenga futuro.
Que la carne no tenga fuerza.
Que el viejo yo no tenga resurrección.

Si aquí es donde debo morir,
Que este sea terreno santo.
Que los ángeles sean testigos.
Que el cielo lo registre.
Que el infierno tiemble.
Que la gracia se regocije.
Porque cuando la muerte termine,
Cuando el viejo hombre quede quieto a los pies de esta cruz,
Entonces Señor Jesús,
Tú puedes levantarte en mí.

Porque si aquí es donde debo morir,
Entonces aquí es donde Tú debes vivir.

Gálatas 2:20 (RVR1960) Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

~Pastor Gary Caudill
Todos los derechos reservados
Publicado el 18-11-2025