El Régimen Duro del Legalismo vs. La Gracia de Dios
Ezequiel 34:2b, 4b
«…¡Ay de los pastores de Israel, que apacientan para sí mismos!... con fuerza y con crueldad los habéis regido.»
Estas son palabras fuertes de reprensión que el Señor dirigió contra los pastores de Israel en el tiempo de Ezequiel. Aunque fue un evento histórico que ocurrió hace mucho tiempo, veo una semejanza marcada con lo que sucede hoy en el mundo religioso, especialmente en los círculos del legalismo. Me atrevo a decir que los versículos 1‑4 ofrecen quizá una de las descripciones más claras del legalismo en las Escrituras. Tan solo el versículo 4 dice: «…los enfermos no fortalecisteis, ni curasteis lo quebrantado… pero con fuerza y con crueldad los habéis regido.»
Personalmente no conozco una filosofía religiosa más enérgica y cruel que el legalismo. Se propaga en el espíritu de la letra, que solamente produce muerte. Lamento admitir que muchas de las ovejas de Dios están sangrando porque han sido despreciadas cuando debían ser consoladas, expulsadas de la comunión cuando debían ser restauradas, o condenadas cuando debían ser perdonadas.
Mi corazón está con aquellos que han sido víctimas de este tipo de tiranía espiritual. El legalismo va contra todo lo que representa la gracia de Dios. Legalismo y Gracia no pueden coexistir. Para comprender verdaderamente la gracia significa saber que, como dice Romanos 8:1: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús».
La gracia obviamente no te da licencia para pecar, pero sí te libera del dominio del pecado y de su condenación. Vivir como si todavía estuviéramos condenados, aun habiendo sido librados, es perder el sentido de lo que sucedió en el Calvario. Romanos 8:33 dice: «¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.»
Amigo, si has sido salvo por la gracia de Dios, no permitas que tú mismo, el diablo, los hermanos o cualquiera más ponga condenación sobre ti. ¡Eres LIBRE! Libre para vencer, libre para vivir y libre para servir a Dios. Estás aceptado en el Amado por la justicia de Cristo y únicamente por su justicia. No por obras, para que nadie se gloríe. Ahora servimos a Dios no para ganar aprobación, sino simplemente para alabar Su nombre. ¡Disfruta tu libertad!
~ Pastor Gary Caudill
«…¡Ay de los pastores de Israel, que apacientan para sí mismos!... con fuerza y con crueldad los habéis regido.»
Estas son palabras fuertes de reprensión que el Señor dirigió contra los pastores de Israel en el tiempo de Ezequiel. Aunque fue un evento histórico que ocurrió hace mucho tiempo, veo una semejanza marcada con lo que sucede hoy en el mundo religioso, especialmente en los círculos del legalismo. Me atrevo a decir que los versículos 1‑4 ofrecen quizá una de las descripciones más claras del legalismo en las Escrituras. Tan solo el versículo 4 dice: «…los enfermos no fortalecisteis, ni curasteis lo quebrantado… pero con fuerza y con crueldad los habéis regido.»
Personalmente no conozco una filosofía religiosa más enérgica y cruel que el legalismo. Se propaga en el espíritu de la letra, que solamente produce muerte. Lamento admitir que muchas de las ovejas de Dios están sangrando porque han sido despreciadas cuando debían ser consoladas, expulsadas de la comunión cuando debían ser restauradas, o condenadas cuando debían ser perdonadas.
Mi corazón está con aquellos que han sido víctimas de este tipo de tiranía espiritual. El legalismo va contra todo lo que representa la gracia de Dios. Legalismo y Gracia no pueden coexistir. Para comprender verdaderamente la gracia significa saber que, como dice Romanos 8:1: «Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús».
La gracia obviamente no te da licencia para pecar, pero sí te libera del dominio del pecado y de su condenación. Vivir como si todavía estuviéramos condenados, aun habiendo sido librados, es perder el sentido de lo que sucedió en el Calvario. Romanos 8:33 dice: «¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.»
Amigo, si has sido salvo por la gracia de Dios, no permitas que tú mismo, el diablo, los hermanos o cualquiera más ponga condenación sobre ti. ¡Eres LIBRE! Libre para vencer, libre para vivir y libre para servir a Dios. Estás aceptado en el Amado por la justicia de Cristo y únicamente por su justicia. No por obras, para que nadie se gloríe. Ahora servimos a Dios no para ganar aprobación, sino simplemente para alabar Su nombre. ¡Disfruta tu libertad!
~ Pastor Gary Caudill